Volvió pues Abner a Hebrón; y Joab le llamó aparte en medio de la puerta para hablar con él privadamente: e hirióle allí en el vientre, de modo que murió, por la sangre de Asael su hermano.
En esto, mandó el sacerdote Joiada a los capitanes de cientos que tenían el mando de la tropa, diciendo: ¡Dejadla salir por entre las filas; y al que la siguiere, matadle a cuchillo! porque había dicho el sacerdote: ¡No sea muerta en la Casa de Jehová!
cuando hablare un profeta en nombre de Jehová, y no sucediere la cosa, ni se verificare, esto es lo que no ha hablado Jehová: con presunción lo ha hablado el tal profeta; no tengas temor de él.
especialmente a los que andan en pos de la carne, en la concupiscencia de inmundicia, y desprecian la potestad. Atrevidos son, audaces, que no temen decir injurias contra las dignidades: