Y dijo Dios a Abram: Sabe con toda seguridad que tu simiente será extranjera en tierra ajena, donde los reducirán a servidumbre y los oprimirán hasta cuatrocientos años.
Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu simiente después de ti en sus generaciones sucesivas, por pacto eterno, de ser yo tu Dios, y el de tu simiente después de ti.
Y le apareció Jehová aquella noche, y dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque contigo soy yo, y te bendeciré, y multiplicaré tu simiente por causa de Abraham mi siervo.
habita temporalmente en esta tierra, y estaré yo contigo y te bendeciré; porque a ti y a tu simiente daré todas estas tierras, y estableceré contigo el juramento que juré a Abraham tu padre;
Además le dijo Dios: Yo soy el Dios Omnipotente; sé fecundo y multiplícate; una nación y una congregación de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos.
Y ACORDÓSE Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y bajaron las aguas.
Pero les tuvo misericordia Jehová, y compadecióse de ellos, y volvió hacia ellos su rostro, a causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob; y no quiso destruirlos, ni desecharlos de su presencia, hasta entonces.
He visto, he visto la opresión de mi pueblo que está en Egipto, y he escuchado sus gemidos, y he descendido para librarlos. Ahora pues, ven, que yo te enviaré a Egipto.
Pues cuando Jehová les levantaba jueces, era Jehová con el juez, y los salvaba de mano de sus enemigos, todos los días de aquel juez; porque Jehová se compadecía de sus gemidos a causa de los que los oprimían y hostigaban.
Como a estas horas el día de mañana te enviaré un hombre del país de Benjamín, a quien ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y él salvará a mi pueblo de mano de los Filisteos; porque he mirado propicio a mi pueblo, por cuanto ha llegado a mí su clamor.