Y sobre el monte Sinaí bajaste tú, y hablaste con ellos desde el cielo; y les diste juicios rectos, y leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos.
¶Y aconteció que el día tercero, al despuntar la mañana, hubo truenos y relámpagos y nube densísima sobre el monte, y un sonido de trompeta sobremanera fuerte. Y temblaba todo el pueblo que estaba en el campamento.
Y el monte Sinaí estaba humeando todo él, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y subía su humo como humo de un horno; y todo el monte temblaba en gran manera.
Y la gloria de Jehová hizo mansión sobre el monte Sinaí; y la nube lo cubrió por seis días. Y al séptimo día Dios llamó a Moisés de en medio de la nube.
y he descendido para libertarle de la mano de los Egipcios, y para hacerle subir de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa; tierra que mana leche y miel; al lugar del Cananeo, y del Heteo, y del Amorreo, y del Perezeo, y del Heveo, y del Jebuseo.
Y yo descenderé y hablaré contigo allí; y tomaré del Espíritu que está sobre ti, y lo pondré sobre ellos; para que ellos lleven juntamente contigo la carga del pueblo, y no la lleves tú solo.
Y dijo: Jehová vino de Sinaí, y desde Seir levantóse como el sol para ellos: resplandeció desde el monte Parán, y vino de en medio de diez millares de santos ángeles: a su diestra traía una ley de fuego para ellos.
especialmente aquello del día en que te presentaste delante de Jehová tu Dios en Horeb, habiéndome dicho Jehová: Júntame al pueblo para que yo le haga oír mis palabras, las que aprenderán, para que me teman todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñen a sus hijos.