Y sucedió, luego que hubo hablado Aarón a toda la Congregación de los hijos de Israel, que volvieron el rostro hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová que apareció en la nube.
Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: A la caída de la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan; y conoceréis que yo soy Jehová vuestro Dios.