Entonces Faraón unció sus carros de guerra, y tomó consigo a su pueblo.
En efecto fué dado aviso al rey de Egipto que había huido el pueblo; y mudóse el corazón de Faraón y de sus siervos acerca del pueblo, de modo que decían: ¿Qué despropósito es éste que hemos hecho dejando ir a Israel, para que dejase de servirnos?
Tomó también seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, con capitanes sobre todos ellos.
¡los carros de Faraón y su ejército él ha arrojado en la mar: y sus escogidos capitanes fueron hundidos en el Mar Rojo!