Porque sabe tu siervo que yo he pecado; por eso, he aquí que he venido hoy, el primero de toda la casa de José, para descender a recibir a mi señor el rey.
¶Mas el corazón de David le remordió después que hubo contado el pueblo. Y dijo David a Jehová: ¡He pecado gravemente en lo que acabo de hacer! ahora pues, oh Jehová, yo te ruego perdones la iniquidad de tu siervo; porque he obrado muy insensatamente.
Y David, cuando vió al ángel que hería al pueblo, habló a Jehová, y dijo: ¡He aquí que yo he pecado, y yo he obrado perversamente! mas estas ovejas, ¿qué han hecho? ¡Yo te ruego que sea tu mano contra mí y contra la casa de mi padre!
Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y dijo: Suplicad a Jehová que aparte las ranas de mí y de mi pueblo; y yo enviaré el pueblo para que, ofrezca sacrificio a Jehová.
Entonces acudió el pueblo a Moisés, diciendo: ¡Hemos pecado, pues que hemos hablado contra Jehová y contra ti! ruega a Jehová para que quite de nosotros las serpientes. Moisés pues rogó por el pueblo.
Y respondió Balaam: Yo he pecado: golpeé la bestia porque no sabía que tú te habías apostado contra mí en el camino. Mas ahora si te parece mal, yo me volveré.
A lo que dijo Saúl: Yo he pecado: ahora empero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo, y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios.
A lo cual respondió Saúl: ¡Yo he pecado! Vuelve, hijo mío, David; que ya no más te haré mal; por lo mismo que fué preciosa mi vida en tus ojos hoy. He aquí que yo he obrado locamente y he errado muy gravemente.