Sin embargo la palabra del rey prevaleció contra Joab y los príncipes del ejército; por manera que salieron Joab y los príncipes del ejército de la presencia del rey, para alistar el pueblo de Israel.
Pero los gobernadores anteriores, que habían sido antes que yo, hicieron gravar al pueblo, cobrándolo del pueblo en pan y vino, además de cuarenta siclos de plata diarios: y aun sus mozos imperaban con autoridad sobre el pueblo: mas yo no me porté así, por el temor de Dios.
Pero aunque el pecador haga mal cien veces, y con todo se le prolonguen los días, sin embargo yo ciertamente sé que les irá bien a los que temen a Dios, por lo mismo que temen delante de él.
Ellos entonces respondieron y dijeron delante del rey: Aquel Daniel que es de los hijos de la cautividad de Judá, no hace caso de ti, oh rey, ni del entredicho que has firmado, sino que hace su petición tres veces al día.
Porque son guardados los estatutos de Omri, y todas las obras de la casa de Acab; y andáis en los consejos de ellos, a fin de que yo te haga una desolación, y a los habitantes de ella un silbido; y llevaréis vosotros el oprobio de mi pueblo.
Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero al alma no la pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir así el alma como el cuerpo en el infierno.
Entonces dijo el rey a los guardas que estaban al rededor de él: ¡Volveos y matad a los sacerdotes de Jehová! porque su mano también es con David; y porque sabían que él huía, y no me lo denunciaron. Mas no quisieron los siervos del rey extender la mano para acometer a los sacerdotes de Jehová.