Y entrado que hubo Hamán, le dijo el rey: ¿Qué debe hacerse por el hombre que el rey se complace en honrar? Entonces dijo Hamán para consigo: ¿A quién deseará el rey hacer honra más que a mí?
les preguntó pues: Conforme a la ley, ¿qué se debe hacer con la reina Vasti, por cuanto no ha obedecido la orden del rey Asuero enviada por mano de los eunucos?
y les contó Hamán la gloria de sus riquezas, y la multitud de sus hijos, y toda la grandeza que el rey le había conferido, y cómo le había elevado sobre todos los príncipes y los siervos del rey.
Tomó pues Hamán el traje y el caballo, y vistió a Mardoqueo, y le hizo pasear por las calles de la ciudad, y pregonó delante de él: ¡Así se debe hacer al hombre que el rey se complace en honrar!
y dénse el traje y el caballo en mano de uno de los príncipes más nobles del rey, para que vista así al hombre que el rey se complace en honrar, y le haga pasear a caballo por las calles de la ciudad, y pregone delante de él: ¡Así se debe hacer al hombre que el rey se complace en honrar!
¡Canten de gozo y alégrense los que se complacen en mi justicia! y digan siempre: ¡Sea ensalzado Jehová, que se complace en la prosperidad de su siervo!
¡HE aquí a mi Siervo, a quien yo sustento, mi Escogido, en quien se complace mi alma; he puesto mi Espíritu sobre él, y traerá justicia a las naciones!
La soberbia de tu corazón te ha engañado, oh tú que habitas en las hendiduras de la peña, y cuya morada está puesta en alto; el mismo que dice en su corazón: ¿Quién me hará bajar a tierra?