Si pues al rey le place, escríbase que sean destruídos; y yo pagaré diez mil talentos de plata en manos de los que manejan la hacienda pública, para que la hagan entrar en el erario del rey.
De manera que convino Abraham con Efrón, y Abraham le pesó a Efrón el dinero que había dicho, en presencia de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata, moneda corriente entre mercaderes.
¶Entonces dijo Hamán al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido y disperso por entre todos los pueblos, en todas las provincias de tu reino, cuyas leyes son diversas de las de todo otro pueblo, y ellos no cumplen las leyes del rey; de modo que al rey no le conviene sufrirlos.
y Mardoqueo le impuso de todo lo que había acontecido, junto con una declaración explícita del dinero que Hamán había prometido pagar al erario del rey, en orden a los Judíos, para poderlos destruir.
¡Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para que nos destruyan, y para que nos maten y nos exterminen! Que si para siervos y para siervas fuéramos vendidos, entonces hubiera yo callado; bien que el adversario no pudiera resarcir el perjuicio del rey.