Faraón entonces quitóse de la mano su anillo de sellar, y lo puso en la mano de José; y le vistió con vestiduras de lino fino blanco, y púsole una cadena de oro al rededor del cuello;
DESPUÉS de estas cosas el rey engrandeció a Hamán hijo de Hamedata, agagueo, y ensalzóle, y puso su asiento más alto que el de todos los príncipes que tenía.
Si pues al rey le place, escríbase que sean destruídos; y yo pagaré diez mil talentos de plata en manos de los que manejan la hacienda pública, para que la hagan entrar en el erario del rey.
Escribid vosotros pues a los Judíos, como bien os pareciere, en el nombre del rey, y sellad las cartas con el anillo del rey; porque cualquiera escritura que está escrita en nombre del rey, y sellada con el anillo del rey, no se puede revocar.