Ester 2:7

Biblia Version Moderna (1929)

Éste pues había criado cual padre adoptivo, a Hadassa, es decir, a Ester, hija de un tío suyo; porque ella no tenía ni padre ni madre; y la joven era de bella figura y de lindo semblante, a quien, cuando se le murieron el padre y la madre, Mardoqueo había tomado por hija suya.

Referencias Cruzadas

Génesis 48:5

Ahora pues tus dos hijos, Efraim y Manasés, que te nacieron, en la tierra de Egipto antes que yo viniese a ti a Egipto, serán míos; como Rubén y Simeón, míos serán.

Ester 1:11

que condujesen a la reina Vasti delante del rey, engalanada con la diadema real, para hacer ver a las gentes y a los príncipes su hermosura; porque era de hermoso parecer.

Ester 2:15

Mas cuando a Ester hija de Abihael, tío de Mardoqueo, a quien éste había tomado por hija suya, le tocó en turno entrar al rey, ella no pidió otra cosa sino lo que dijo Hegeo, eunuco del rey, guarda de las mujeres: y Ester hallaba gracia en presencia de cuantos la miraban.

Ester 2:20

Aún no había manifestado Ester su parentela y su pueblo, de conformidad con lo que le había mandado Mardoqueo; pues Ester continuaba practicando lo que ordenaba Mardoqueo, de la misma manera que cuando estaba bajo su tutela.

Ester 8:1

EN aquel día el rey Asuero dió a la reina Ester la casa de Hamán, adversario de los Judíos. Mardoqueo también vino delante del rey, porque Ester le había dicho al rey lo que él era para ella.

Job 31:17

o si yo he comido solo mi bocado, y no ha comido de él el huérfano también;

Job 31:18

(al contrario, desde mí juventud creció éste conmigo, como con su padre, y desde el seno de mi madre he guiado a aquélla);

2 Corintios 6:18

y seré vuestro padre, y vosotros seréis mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso!

Efesios 6:4

Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino educadlos en la disciplina y amonestación del Señor.

1 Juan 3:1

¡MIRAD, qué manera de amor nos ha dado el Padre, para que seamos nosotros llamados hijos de Dios! y así en efecto lo somos. Por eso el mundo no nos conoce a nosotros, por cuanto a él no le conoció.