¶Entonces dijo Helcías sumo sacerdote, a Safán, secretario: He hallado un ejemplar del Libro de la Ley en la Casa de Jehová. Y Helcías dió el libro a Safán, el cual lo leyó.
los cuales fueron a Helcías, sumo sacerdote, y entregaron el dinero que se había traído a la Casa de Dios, el que los levitas porteros habían recogido de mano de los de Manasés y de Efraim y de todo el residuo de Israel, así como de todo Judá y Benjamín, y de los habitantes de Jerusalem.
¶Asimismo en días de Artajerjes escribieron Bislam, Mitrídates, Tabeel y los demás de sus compañeros, a Artajerjes rey de Persia, y la escritura de la carta fué escrita en letra siriaca, y su contenido en lengua siriaca.
Y los ancianos de los Judíos siguieron edificando y prosperando, en virtud de la profecía de Aggeo profeta, y de Zacarías hijo de Iddo. Edificaron pues y acabaron la obra, por orden del Dios de Israel, y por orden de Ciro, y de Darío, y de Artajerjes, reyes de Persia.
Por lo cual, de mi parte, es decir, por mí, el rey Artajerjes, es dada orden a todos los tesoreros que están más allá del río, que todo lo que os pidiere Esdras sacerdote, escriba de la ley del Dios del cielo, con diligencia le sea concedido,
ACONTECIÓ pues que en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, habiendo vino delante de él, yo tomé el vino, y se lo dí al rey: y no había estado triste en su presencia antes.
ENTONCES se reunió todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está al frente de la puerta de las Aguas; y dijeron a Esdras, escriba, que trajese el Libro de la Ley de Moisés, que Jehová había prescrito a Israel.