tomaron también a sueldo contra ellos consejeros del rey, para frustrar su designio, todos los días de Ciro rey de Persia, y hasta el reinado de Darío rey de Persia.
Al séptimo día, cuando del corazón del rey estaba alegre con el vino, mandó a Mehumán, Bizta, Harbona, Bigta, Abagta, Zetar y Carcás, los siete eunucos que asistían ante la presencia del rey Asuero,
¶Entonces dijo Hamán al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido y disperso por entre todos los pueblos, en todas las provincias de tu reino, cuyas leyes son diversas de las de todo otro pueblo, y ellos no cumplen las leyes del rey; de modo que al rey no le conviene sufrirlos.
Ahora pues te voy a manifestar la verdad: ¶He aquí que ha de haber todavía tres reyes que se levantarán sobre los Persas; y el cuarto será mucho más rico que todos ellos; y cuando se haya hecho fuerte por medio de sus riquezas, despertará todo su poder contra el reino de Grecia.
Y habiendo él venido, se le pusieron en derredor los judíos que habían descendido de Jerusalem, alegando en contra de él muchas y graves acusaciones, que no podían probar;
¶Y oí una gran voz en el cielo, que decía: ¡Ahora han venido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios, y la soberanía de su Cristo; porque ha sido derribado el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche!