Mas el Señor le dijo: Vé; porque éste mismo me es un vaso escogido, para llevar mi nombre delante de los gentiles, y de los reyes, y de los hijos de Israel;
¶Porque digo, por medio de la gracia que me ha sido dada, a cada uno que está entre vosotros, que no piense de sí más elevadamente de lo que debe pensar, sino que piense sobriamente, según haya repartido Dios a cada uno la medida de fe.
para que yo fuese ministro litúrgico de Cristo Jesús, con respecto a los gentiles, ministrando, a manera de sacerdote, el evangelio de Dios; para que la presentación de los gentiles en sacrificio a Dios, le sea acepta, siendo santificada por el Espíritu Santo.
Mas por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia que me fué dada, no fué en vano; antes bien he trabajado más abundantemente que todos ellos; mas no yo, sino la gracia de Dios que estaba conmigo.
el cual también nos ha hecho suficientes para ser ministros del nuevo pacto; no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu da vida.
de quien todo el cuerpo, bien trabado y unido consigo mismo, por medio de cada coyuntura que coadyuva, según la operación correspondiente a cada miembro en particular, efectúa el aumento del cuerpo, para edificación de sí mismo, en amor.
¶Y por esto también damos gracias sin cesar a Dios, de que cuando recibisteis de nosotros la palabra del mensaje de Dios, la aceptasteis, no como palabra de hombres, sino según lo es verdaderamente, la palabra de Dios, que obra también en vosotros que creéis.
os perfeccione en toda obra buena, para que hagáis su voluntad obrando en vosotros lo que sea acepto delante de él, por medio de Jesucristo a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.