Tiembla pues la tierra y se acongoja, porque se cumplen contra Babilonia los propósitos de Jehová de tornar la tierra de Babilonia en una desolación, sin habitante.
pues no habiendo ellos aún nacido, ni habiendo hecho cosa buena ni mala, para que el propósito de Dios, conforme a elección, estuviese firme, no por parte de obras, sino de aquel que llama,—
en quien también nosotros obtuvimos herencia, habiendo sido predestinados, según el propósito de Aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su misma voluntad;
el cual nos ha salvado, y nos ha llamado con una vocación santa, no según nuestras obras, sino conforme a su mismo propósito, y gracia, que nos fué dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos;