siendo iluminados los ojos de vuestro entendimiento, para que conozcáis cuál sea la esperanza de vuestra vocación, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
y descansará sobre él el Espíritu de Jehová; Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de fortaleza, Espíritu de conocimiento y del temor de Jehová.
Porque Jehová ha derramado sobre vosotros el espíritu de sueño profundo, y os ha cerrado los ojos, a saber, los profetas; y ha cubierto vuestras cabezas, es decir, los videntes.
Embota el corazón de este pueblo, y haz que sean pesados sus oídos, y cierra sus ojos; para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, y con su corazón no entienda, ni se convierta, ni sea sanado.
porque el corazón de este pueblo se ha hecho estúpido; y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane.
Y cierta mujer llamada Lidia, traficante en púrpura, de la ciudad de Tiatira, mujer religiosa, estaba escuchando: cuyo corazón abrió el Señor, para que atendiese a las cosas dichas por Pablo.
para abrirles los ojos, a fin de que se vuelvan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban remisión de pecados, y herencia entre los que son santificados mediante la fe en mí.
en los cuales el dios de este siglo ha cegado los entendimientos de los que no creen, para que no les amanezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Porque Dios que dijo: Resplandezca la luz de en medio de las tinieblas, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para darnos la luz del conocimiento de la gloria de Dios, en el rostro de Jesucristo.
en quien también nosotros obtuvimos herencia, habiendo sido predestinados, según el propósito de Aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su misma voluntad;
acordaos, digo, que en aquel tiempo estabais sin Cristo, estando extrañados de la ciudadanía de Israel, y siendo extranjeros con respecto a los pactos de la promesa; no teniendo esperanza, y sin Dios en el mundo.
si en verdad permaneciereis en la fe, cimentados y estables, y no os dejáis mover de la esperanza del evangelio que habéis oído, y que ha sido predicado a toda criatura debajo del cielo; del cual yo Pablo he sido constituído ministro.
a quienes Dios ha deseado dar a conocer cuál sea la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, el cual es CRISTO EN VOSOTROS, LA ESPERANZA DE LA GLORIA:
para que sean consolados sus corazones, estando ellos unidos consigo mismos en amor; y alcancen a toda la riqueza de la plena seguridad de la inteligencia, para el conocimiento del misterio de Dios, es decir, el de Cristo:
Por esto también oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de vuestra vocación, y cumpla poderosamente en vosotros toda complacencia en la bondad, y toda obra de fe:
Pelea la buena pelea de la fe; echa mano de la vida eterna, a la cual has sido llamado, y has confesado la buena confesión, delante de muchos testigos.
Es preciso avanzar; porque es imposible que los que una vez fueron iluminados, y gustaron del don celestial, y fueron hechos participantes del Espíritu Santo,
¶Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el cual, conforme a su grande misericordia, nos ha reengendrado para una esperanza viva, por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos;
no volviendo mal por mal, ni ultraje por ultraje, sino al contrario, bendiciendo a vuestros enemigos; porque para esto mismo fuisteis llamados, para que heredaseis bendición.
Y el Dios de toda gracia, que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo, después que hayáis sufrido por un poco de tiempo, él mismo os perfeccionará, os afirmará, os fortalecerá.