Envió pues Joab a Tecoa, y trajo de allí una mujer sabia, y le dijo: Ruégote que finjas estar de duelo y que vistas traje de luto, y no te unjas de aceite, sino que aparentes ser una mujer que ya ha mucho que está de duelo por un difunto.
¶También Mefiboset hijo de Saúl descendió a recibir al rey; y no se había curado los pies, ni compuesto la barba, ni se había hecho lavar sus ropas, desde el día que salió el rey hasta el día que volvió en paz.
¶Y Mardoqueo salió de la presencia del rey, con traje real de jacinto y blanco, con una gran corona de oro y con un manto de lino fino blanco y de púrpura; y la ciudad de Susán era toda alborozo y regocijo.
¶Después de esto, miré, y he aquí una grande muchedumbre, que nadie podía contar, de entre todas las naciones, y las tribus, y los pueblos, y las lenguas, que estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, revestidos de ropas blancas, y teniendo palmas en sus manos;