Dulce es el sueño del trabajador, sea que coma poco o mucho; pero la abundancia del rico no le concede tranquilidad para dormir.
Por demás es que os levantéis antes del día, y vayáis tarde a reposar, comiendo el pan de dolorosos afanes: verdad es que Dios da sueño tranquilo al que es amado de él.
En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque tú solo, ¡oh Jehová! me haces vivir confiado.
Cuando te acostares, no te espantarás; sí, te acostarás, y será grato tu sueño.
En esto desperté, y miré al rededor; y me había sido dulce mi sueño.