No pongáis, pues, vuestra confianza en la violencia, y no os envanezcáis en la rapiña: cuando se aumenten las riquezas, no pongáis en ellas vuestro corazón.
Y nunca negué a mis ojos cosa alguna de cuantas deseaban; no privé a mi corazón de ningún género de placeres, porque mí corazón se alegraba en todas mis labores; y ésta fué la porción que tuve de todo mi trabajo.
Luego fijé la vista en todas las obras que habían hecho mis manos, y en todos los trabajos que yo me había afanado por efectuar; ¡y he aquí que el todo era vanidad y correr tras el viento; y no había provecho en nada debajo del sol!
Porque al hombre: que es bueno delante de él, Dios le da sabiduría y ciencia y gozo; mas al pecador le ha dado el trabajo pesado de recoger y amontonar, para darlo al que sea bueno delante de Dios. ¡Esto también es vanidad y correr tras el viento!
Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, lo mismo sucede a las bestias; es decir, un mismo suceso les acontece: como mueren éstas, así mueren aquéllos; y un mismo aliento tienen todos ellos; de modo que ninguna preeminencia tiene el hombre sobre la bestia; ¡porque todo es vanidad!
No había fin de toda la gente que ellos mandaban; sin embargo, los que vendrán después ano se alegrarán en el segundo tampoco. ¡Ciertamente que esto también es vanidad y correr tras el viento!
Luego me puse a observar toda suerte de trabajos, y todo género de obra afortunada; y ví que por esto mismo el hombre es envidiado de su prójimo. ¡Esto también es vanidad y correr tras el viento!
Hombre hay que es solo, sin otro que le acompañe: ni siquiera hijo ni hermano tiene; y con todo, no hay fin de todo su afán, ni sus ojos se sacian de las riquezas. ¿Para qué pues, debería decir, me afano, y a mí mismo me privo del bien? ¡Esto también es vanidad y trabajo ímprobo!
Ninguno puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o será adicto al uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.
Porque raíz de toda suerte de males es el amor al dinero; al que aspirando algunos, se han desviado de la fe, y a sí mismos se han traspasado con muchos dolores.