Hombre hay que es solo, sin otro que le acompañe: ni siquiera hijo ni hermano tiene; y con todo, no hay fin de todo su afán, ni sus ojos se sacian de las riquezas. ¿Para qué pues, debería decir, me afano, y a mí mismo me privo del bien? ¡Esto también es vanidad y trabajo ímprobo!
Y Jehová animó el espíritu de Zorobabel hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; de manera que se llegaron y emprendieron la obra en cuanto a la Casa de Jehová de los Ejércitos, su Dios,