En seguida volví la vista para observar la sabiduría y la locura y la insensatez: pues ¿qué podrá hacer el hombre que venga tras el rey? Nada sino lo que ya ha mucho que ha sido hecho.
Volvíme yo, y fijé mi corazón para conocer, y para averiguar e investigar la sabiduría, y la razón de las cosas; y para conocer la maldad de la insensatez, y la necedad de las locuras: