El viento va hacia el sur, luego gira hacia el norte; girando, girando va el viento; y torna continuamente a sus circuitos.
¿Sabes cómo se ponen calientes tus vestidos, cuando él sosiega la tierra con el Austro?
De las cámaras del sur viene el huracán; y con los Nortes, el frío.
Porque dice, y se levanta un viento tempestuoso, que eleva las ondas de él.
Reduce la tempestad a silencio; y sus ondas están calladas.
Todos los ríos van al mar; y con todo, el mar nunca se llena; al lugar adonde van los ríos, allí mismo vuelven a ir.
Como no sabes cuál sea el camino del viento, ni cómo crecen los huesos en el seno de la que está encinta; así tampoco puedes conocer la obra de Dios, el cual lo hace todo.
¶Pero Jehová envió al mar un viento recio, con lo que se levantó una gran tempestad en el mar; de suerte que la nave estaba a pique de naufragar.
¶Por tanto todo aquel que oye estas palabras mías, y las hace, será semejante a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca.
Y cayó la lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa, y cayó; y fue grande la ruina de ella.
El viento de donde quiere sopla; y oyes su sonido, mas no sabes de donde viene, ni a donde va: así es todo aquel que es nacido del Espíritu.