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Referencias Cruzadas

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Daniel 9:17

Biblia Version Moderna (1929)

¡Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos, y haz que tu rostro resplandezca sobre tu Santuario que está asolado, por amor del Señor!

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20 Referencias Cruzadas  

Con todo vuelve tu rostro a la oración de tu siervo y a su súplica, oh Jehová, Dios mío, para escuchar el clamor y la oración que tu siervo hace delante de tu rostro hoy;

sea atento, te lo ruego, tu oído, y estén abiertos tus ojos, para que escuches la oración que yo, siervo tuyo, hago ahora delante de ti, día y noche, por los hijos de Israel tus siervos, y mientras confieso los pecados de los hijos de Israel, que nosotros hemos cometido contra ti! pues que yo y la casa de mi padre hemos pecado.

¡Resplandezca tu rostro sobre tu siervo, y enséñame tus estatutos!

Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? ¡alza tú sobre nosotros la luz de tu rostro, oh Jehová!

¡DIOS tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga, y haga resplandecer su rostro sobre nosotros; (pausa);

para que tu camino sea conocido en la tierra, y entre todas las naciones tu salvación!

¡Dirige tus pasos hacia estos asolamientos eternos! ¡mira todo el mal que el enemigo ha hecho en el Santuario!

ESCUCHA, oh Pastor de Israel, tú que conduces, como rebaño, a José! ¡resplandece, tú que habitas entre los querubines!

¡Oh Jehová, Dios de los Ejércitos, haznos volver, haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos!

¡Oh Dios, haznos volver, y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos!

¡Jehová, Dios de los Ejércitos! ¿hasta cuándo humeará tu ira contra la oración de tu pueblo?

¡Oh Dios de los Ejércitos, haznos volver, y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos!

Por mi propia causa, sí, por mi propia causa lo voy a hacer; porque ¿cómo debía ser profanado mi nombre? y mi gloria no la daré a otro.

Tú oíste mi voz; ¡no cierres pues tus oídos a mi suspiro, a mi clamor!

con motivo del Monte de Sión, el cual está desolado: ¡las zorras se pasean por él!

¡Oh Señor, oye! ¡oh Señor, perdona! ¡oh Señor, presta atención, y hazlo así! ¡no te tardes, por tu propia causa, oh Dios mío; porque tu ciudad y tu pueblo son llamados de tu nombre!

Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre: pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo.

Pues por muchas que sean las promesas de Dios, en él está el Sí de ellas; y en él el Amén, para gloria de Dios por medio de nosotros.

Y la ciudad no tiene necesidad del sol ni de la luna, para alumbrar en ella: porque la gloria de Dios la ilumina, y la lumbrera de ella es el Cordero.




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