Por lo cual él se acercó junto a donde yo estaba; y cuando se acercó, yo me despavorí, y caí sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo del hombre, que para el tiempo del fin es la visión.
Como la apariencia del arco que suele haber en la nube en un día de lluvia, así era la apariencia de la refulgencia al rededor de él. Tal fué la apariencia de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando la ví, caí sobre mi rostro, y oí una voz que hablaba.
¶En seguida me trajo, por el camino de la puerta del norte, delante de la Casa; y miré, y he aquí que la gloria de Jehová llenaba la Casa de Jehová y caí sobre mi rostro.
y me dijo: Daniel, varón muy amado, entiende las palabras que te voy a decir, y ponte derecho en donde estás; porque ahora he sido enviado a ti. Y cuando me hubo dicho esto, yo me puse en pie temblando.
Y he aquí que una como semejanza de los hijos de los hombres me tocó los labios; luego abrí mi boca, y hablé, y dije al que estaba delante de mí: ¡Señor mío, con la visión me acometieron de repente mis dolores, y no he retenido fuerza alguna!
Mas en cuanto a estos dos reyes, su corazón estará para hacerse daño mutuamente; y en una misma mesa se hablarán mentiras: mas no tendrá éxito; porque todavía el fin es para un tiempo determinado.
¶Mas al tiempo del fin, arremeterá contra él el rey del Sur; pero el rey del Norte le arrebatará como una tempestad, con carros de guerra y gente de a caballo y muchas galeras: y entrará en las tierras; y lo inundará y lo arrollará todo.
Lleguéme pues a uno de los que estaban en pie, y le pregunté la verdad acerca de todo esto. Entonces él habló, y me hizo saber la significación de aquellas cosas, diciendo:
¶Y yo Daniel quedé sin fuerzas, y estuve enfermo algunos días; después me levanté, y me puse a despachar los negocios del rey: pero estaba asombrado de la visión; mas no hubo quien la explicase.
En el principio de tus ruegos salió la orden, y yo he venido para hacerte saber; porque eres muy amado: entiende pues la palabra, y alcanza inteligencia de la visión:
Y dará validez al pacto para con muchos en la semana restante, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda vegetal; luego sobre el ala de las abominaciones vendrá el asolador; y hasta la consumación, y consumación decretada, se derramará la ira sobre el pueblo asolado.
Porque la visión todavía tardará hasta el plazo señalado; bien que se apresura hacia el fin, y no engañará la esperanza: aunque tardare, aguárdala, porque de seguro vendrá, no se tardará.
¶Y yo Juan soy el que oí y ví estas cosas. Y cuando las hube oído y visto, caí sobre mi rostro, para adorar delante de los pies del ángel que me había mostrado estas cosas.