Entonces el rey se alegró de ello en gran manera, y mandó sacar a Daniel del foso. En efecto fué sacado Daniel del foso; y ninguna lesión fué hallada en él; porque había confiado en su Dios.
¶Y aconteció que cuando Hiram oyó estas palabras de Salomón, regocijóse en gran manera, y dijo: ¡Bendito sea Jehová el día de hoy, el cual ha dado a David un hijo sabio, por rey sobre este tan gran pueblo!
Y fueron ayudados contra ellos; de modo que los Agarenos y todos los que con ellos había, fueron entregados en su mano; porque clamaron a Dios en la batalla, y él les favoreció, por cuanto confiaban en él.
Y por la mañana madrugaron y salieron al desierto de Tecoa. Y en tanto que iban saliendo al combate, Josafat se levantó, y dijo: ¡Oídme, oh Judá y vosotros los habitantes de Jerusalem! ¡Creed en Jehová vuestro Dios, así estaréis firmes; creed en sus profetas, así prosperaréis!
¡He aquí que existe nuestro Dios, a quien nosotros servimos; él tiene poder para libramos del horno ardiendo en fuego; y de tu mano, oh rey, él nos librará!
Él entonces respondió, diciendo ¡He aquí, yo veo cuatro hombres, sueltos, paseándose en medio del fuego; y ningún daño han padecido; y el parecer del cuarto es semejante a un hijo de los dioses!
Entonces el rey, cuando oyó esto, fué sumamente indignado, y puso su corazón sobre Daniel para librarle; y hasta ponerse el sol se esforzaba por salvarle.
¶Entonces el rey se fué a su palacio, y pasó la noche ayunando, y no permitió que las bailarinas entrasen delante de él: también el sueño se huyó de él.