¡Vivirán tus muertos; los cadáveres de mi pueblo se levantarán! ¡Despertad y cantad, vosotros que moráis en el polvo! porque como el rocío de hierbas es tu rocío, y la tierra echará fuera los muertos.
Y saldrán, y mirarán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; cuyo gusano no morirá, y su fuego nunca se apagará; y serán un objeto de horror para toda carne.
Pero Jehová está conmigo como un guerrero formidable; por tanto los que me persiguen tropezarán, y nada podrán; muy avergonzados serán, porque no saldrán con su empresa: les será una afrenta eterna que nunca será olvidada.
Por tanto profetiza, y diles: Así dice Jehová el Señor: He aquí que voy a abrir vuestras sepulturas, y os haré subir de vuestras sepulturas, oh pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel.
¡Del poder del sepulcro yo los rescataré, de la muerte los redimiré! ¿dónde están tus plagas, oh muerte? ¿dónde está tu destrucción, oh sepulcro? Cambio de propósito será escondido de mi vista.
Y ví a los muertos, pequeños y grandes, estar en pie delante del trono; y abriéronse los libros; abrióse también otro libro, que es el libro de la vida: y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los libros, según sus obras.