Cantares 8:1

Biblia Version Moderna (1929)

¡OH si tú fueras como un hermano mío, hermanito que mama los pechos de mi misma madre! entonces, cuando te hallara fuera, te besara, y nadie me despreciaría por ello.

Referencias Cruzadas

Salmos 2:12

Besad al Hijo, no sea que se enoje, y perezcáis en el camino; porque pronto se encenderá su ira. Bienaventurados son todos los que confian en él.

Salmos 51:17

Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; el corazón quebrantado y contrito, oh Dios, no lo despreciarás.

Cantares 1:2

¡Béseme mi amado con los besos de su boca! porque tus caricias son mejores que el vino.

Cantares 7:13

¡Las mandrágoras despiden su fragancia, y junto a nuestras puertas están toda suerte de frutas exquisitas, tanto nuevas como añejas, que tengo guardadas para ti, oh amada mío!

Cantares 8:2

Te voy a conducir, te haré entrar en la casa de mi madre, para que tú me instruyas; te daré a beber vino bien sazonado, y el zumo de mis granadas.

Isaías 60:14

Asimismo vendrán a ti, postrándose, los hijos de los que te afligieron; y a las plantas de tus pies se encorvarán todos los que te trataron con desprecio; y te llamarán la ciudad de Jehová; la Sión del Santo de Israel.

Isaías 7:14

Por tanto el Señor mismo os dará una señal: He aquí una virgen que concibe y da a luz un hijo, y le da el nombre de EMMANUEL.

Isaías 9:6

Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos es dado: y el dominio estará sobre su hombro; y se le darán por nombres suyos: Maravilloso, Consejero, Poderoso Dios, Padre del siglo eterno, Príncipe de Paz.

Hageo 2:7

y sacudiré todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones, y llenaré esta Casa de gloria, dice Jehová de los Ejércitos.

Zacarías 9:9

¡Regocíjate en gran manera, oh hija de Sión! ¡rompe en aclamaciones, oh hija de Jerusalem! he aquí que viene a tí tu rey, justo y victorioso, humilde, y cabalgando sobre un asno, es decir, sobre un pollino, hijo de asna.

Malaquías 3:1

HE aquí pues que voy a enviar mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y repentinamente vendrá a su Templo el Señor a quien buscáis; es decir, el Ángel del Pacto, en quien os deleitéis; he aquí que vendrá, dice Jehová de los Ejércitos.

Lucas 10:16

El que oye a vosotros, a mí me oye; y el que a vosotros os desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí desecha al que me envió.

Lucas 12:8

¶Y yo os digo, que todo aquel que me confesare delante de los hombres, el Hijo del hombre también a él le confesará delante de los ángeles de Dios.

Lucas 18:9

¶Y dijo también esta parábola a ciertos de los presentes, que confiaban en sí mismos que ellos eran justos, y despreciaban a los demás:

Lucas 2:38

Y ésta, presentándose en aquella misma hora, daba gracias al Señor, y hablaba de aquel niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalem.

Lucas 9:26

Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste, el Hijo del hombre se avergonzará, cuando viniere en su propia gloria, y la del Padre y de los santos ángeles.

Juan 1:14

¶Y el Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su glorila, gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Juan 13:3

conociendo Jesús que el Padre había entregado todas las cosas en sus manos, y que había venido de Dios, y estaba para ir a Dios,

Juan 16:28

Yo salí de con el Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.

Juan 3:13

Y nadie ha subido al cielo, sino aquel que del cielo descendió; es a saber, el Hijo del hombre que está en el cielo.

Juan 8:42

Les dijo Jesús: Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais a mi; porque yo procedí y he venido de Dios: porque no vine de mí mismo, sino que él me envió.

1 Corintios 1:28

y las cosas viles del mundo y las despreciadas ha escogido Dios, y aun las que no son, para anonadar a las que son:

Gálatas 4:26

empero la Jerusalem celestial es libre; la cual es madre de nosotros.

Gálatas 6:14

Mas nunca permita Dios que yo me gloríe sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo; por medio de la cual el mundo me ha sido crucificado a mí, y yo al mundo.

Filipenses 3:3

Porque nosotros somos la verdadera circuncisión, los cuales adoramos a Dios en espíritu, y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no ponemos confianza alguna en la carne.

1 Timoteo 3:16

Y sin controversia alguna, grande es el misterio de la piedad, es a saber: Aquel que fué manifestado en la carne, justificado en el espíritu, visto de ángeles, predicado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.