Tus dientes, manada de ovejas que suben del lavadero: todas ellas con crías mellizas, y no hay estéril entre ellas.
tus dientes, como manadas de ovejas esquiladas, que suben del lavadero: todas ellas con crías mellizas, y no hay estéril entre ellas.
¡Aparta tus ojos de mí, porque ellos me han vencido! Tus cabellos son como una manada de ovejas, que se recuestan en las laderas de Galaad.
Como granada partida son tus mejillas detrás de tu velo.
y viendo una higuera solitaria cerca del camino, fué a ella; mas no halló en ella nada sino hojas solamente, y le dijo: ¡Nunca nazca de ti fruto para siempre! Y luego la higuera se secó.
Y al siervo inútil echadle a las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes.