¡Saúl y Jonatán, oh cuán amables y cuán hermosos eran en su vida, y en su muerte no fueron divididos! ¡Más ligeros eran que águilas, más fuertes que leones!
Como el manzano entre los árboles de la selva, así es mi amado entre los mancebos. Debajo de su sombra me senté con gran deleite, y su fruto fué dulce a mi paladar.
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tus palabras me eran el gozo y el regocijo de mi corazón; pues soy llamado de tu nombre, ¡oh Jehová, Dios de los Ejércitos!
Y JEHOVÁ me dijo: Anda otra vez, ama a una mujer que es amada de su marido, y con todo es adúltera; conforme al amor de Jehová hacia los hijos de Israel, mientras que ellos de su parte se vuelven a otros dioses, y aman los panes de pasas.
He sido 'crucificado' con Cristo; sin embargo vivo; mas no ya yo, sino que Cristo vive en mí: y aquella vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó, y se dió a sí mismo por mí.
Más aún, todas las cosas las tengo por pérdida, a causa de la sobresaliente excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, Señor mío, por causa de quien lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para que yo gane a Cristo,
¡Almas adúlteras! ¿no sabéis acaso que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Aquel pues que quisiere ser amigo del mundo, se hace enemigo de Dios.