Acercóse pues y le besó: y él olió el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: y, ¡Mira, el olor de mi hijo es como el olor de un campo que Jehová ha bendecido!
¡Cuán hermosas son tus caricias, hermana mía, esposa mía! cuánto mejores son tus caricias que el vino, y el olor de tus ungüentos que todos los aromas!
¡HE venido a mi jardín, hermana mía, esposa mía; he cogido mi mirra con mi bálsamo; he comido mi panal con mi miel; he bebido mi vino con mi leche! ¡Comed, oh amigos, bebed, sí, bebed con largueza, mis bien amados!
¡Tomad con vosotros palabras, y volveos a Jehová! decidle: ¡Quita toda nuestra iniquidad, y acéptanos bondadosamente; así te tributaremos los sacrificios de nuestros labios!