¡Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalem, por las gacelas, y por las ciervas del campo, que no despertéis y que no quitéis el sueño a mi amada, hasta que ella quiera!
¡Jehová tu Dios está en medio de ti; el que es poderoso te salvará: se regocijará sobre ti con alegría, descansará en su amor, y saltará de gozo sobre ti, cantando!
El que tiene la esposa es el esposo; mas el amigo del esposo que le asiste y le oye, se regocija en gran manera a causa de la voz del esposo: este gozo mío, pues, es completo.