Y el rey se levantó en ira del banquete de vino, y se fué al jardín del palacio: entretanto Hamán se puso en pie para rogar por su vida delante de la reina Ester; pues vió que había sido determinado el mal contra él de parte del rey.
¿No le has cercado en derredor, así a él como a su casa y a todo lo que tiene? Has bendecido la obra de sus manos de modo que su hacienda se ha acrecentado asombrosamente en la tierra.
Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. He escogido estar a la puerta en la Casa de mi Dios, más bien que habitar en las tiendas de maldad.
¡Atráeme! ¡correremos en pos de ti! ¡Me ha conducido el Rey dentro de sus recámaras! ¡Nos alegraremos y nos regocijaremos en ti; nos acordaremos de tus caricias más que del vino: con justísima causa te aman!
¡HE venido a mi jardín, hermana mía, esposa mía; he cogido mi mirra con mi bálsamo; he comido mi panal con mi miel; he bebido mi vino con mi leche! ¡Comed, oh amigos, bebed, sí, bebed con largueza, mis bien amados!
En aquel día, pues, habrá un Renuevo de la raíz de Isaí, que se presentará como bandera a los pueblos, y a él acudirán las naciones: y será glorioso su descanso.