Al huerto de las nueces descendí yo un día, parar las lozanas plantas del valle; para ver si estaba en cierne la vid, y si los ganados echaban sus flores.
Porque con gozo saldréis, y con paz seréis conducidos; ¡las montañas y los collados delante de vosotros prorrumpirán en canciones, y todos los árboles del campo darán palmadas!
Aun la cigüeña en los cielos conoce sus épocas determinadas, y la tórtola y la golondrina y la grulla observan el tiempo de su venida; mas mi pueblo no conoce el reglamento de Jehová.
Habite ricamente en vosotros la palabra de Cristo, con toda sabiduría; enseñandoos y amonestándoos los unos a los otros, con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando con gracia en vuestros corazones a Dios.