Yo dormía, pero estaba mi corazón velando- ¡Es la voz de mi amado, que está golpeando a la puerta: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía! porque mi cabeza está llena de rocío, y mis cabellos, de las gotas de la noche.
Porque estoy celoso de vosotros, con celos que lo son de Dios; pues que os he desposado con un solo esposo, para que os presente a Cristo, cual virgen casta.