Y las formas de las langostas eran parecidas a caballos aparejados para la batalla; y sobre sus cabezas tenían unas como coronas, al parecer de oro; y sus caras eran como caras de hombres.
La primera era como león, y tenía alas de águila. Estaba mirando hasta que fueron arrancadas sus alas, y ella fué alzada de la tierra, y puesta sobre sus pies, a manera de hombre, y fuéle dado corazón de hombre.
Estaba yo considerando los cuernos cuando he aquí otro cuerno, pequeño, que subía entre ellos; y tres cuernos de los primeros fueron arrancados de raíz delante de él: y he aquí que había en este cuerno, ojos como ojos de hombre, y una boca que hablaba cosas espantosas.
Tus príncipes son como langostones, y tus jefes, como enjambres de langostas, que acampan entre los vallados en un día de frío; mas al levantarse el sol, se huyen, y no se sabe el lugar en donde están.