Y Aarón hará expiación sobre los cuernos de este altar una vez al año con la sangre de la ofrenda por el pecado, la del Día de las Expiaciones. Una vez cada año hará expiación sobre él, durante vuestras generaciones; es cosa sacratísima a Jehová.
Porque no entró Cristo en un lugar santo hecho de mano, que es una mera representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios por nosotros.