¶Y el tercer ángel tocó la trompeta: y cayó del cielo una grande estrella, ardiendo como una tea; la cual cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas:
Y traeré esta tercera parte por el fuego, y los acrisolaré como se acrisola la plata, y los probaré como se prueba el oro; ella clamará a mí, y yo le responderé: diré: ¡Pueblo mío es! y ella dirá: ¡Jehová es mi Dios!
olas embravecidas del mar, que espuman sus propias obras vergonzosas; estrellas errantes, a quienes ha sido reservada la negrura de las tinieblas para siempre!
el misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y los siete candelabros de oro. Las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias; y los siete candelabros son las siete iglesias.
Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y arrojólas sobre la tierra: y el dragón se puso delante de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo, luego que ella lo hubiese dado a luz.
y dice a gran voz: ¡Temed a Dios y dadle gloria; porque ha llegado la hora de su juicio; y adorad al que hizo el cielo y la tierra, y el mar y las fuentes de agua!
¶Y el primer ángel tocó la trompeta: y hubo granizo y fuego mezclados con sangre; lo cual fué arrojado a la tierra: y la tercera parte de la tierra fué quemada, y la tercera parte de los árboles fué quemada, y toda la hierba verde fué quemada.
Por medio de estas tres plagas fué muerta la tercera parte de los hombres; es decir, por el fuego y el humo y el azufre que salían de las bocas de ellos.
Por lo cual descendieron tres mil hombres de Judá a la hendidura del peñón de Etam, y dijeron a Samsón: ¿Acaso tú no sabes que los Filisteos señorean sobre nosotros? ¿qué pues es esto que has hecho? Y él les contestó: Según ellos hicieron conmigo, así he hecho yo con ellos.