Y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los tribunos, y los ricos, y los poderosos, y todo esclavo y todo libre, escondiéronse en las cuevas, y entre las peñas de las montañas;
Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el jardín al fresco del día; y escondiéronse el hombre y su mujer de la presencia de Jehová Dios, entre los árboles del jardín.
y los que les dan culto se meterán en las cavernas de las peñas y en los hoyos de la tierra, a causa del pavor de Jehová y de la gloria de su majestad, cuando se levantare para aterrar la tierra.
para meterse en las aberturas de las rocas, y en las hendiduras de los peñascos, a causa del pavor de Jehová y de la gloria de su majestad, cuando se levantare para aterrar la tierra.
Mas éste es un pueblo robado y saqueado; todos ellos están entrampados en hoyos, y en cárceles están escondidos: han venido a ser una presa, y no hay quien libre; un botín, y no hay quien diga: ¡Restituye!
Lamerán el polvo como las culebras; como serpientes de la tierra, saldrán temblando de sus encerramientos: se llegarán pavorosos a Jehová nuestro Dios; y temerán a causa de ti.
y la luz de una lámpara no brillará más en ti; y la voz del esposo y de la novia no se oirá más en ti; porque tus comerciantes eran los príncipes de la tierra; porque con tus hechizos fueron engañadas todas las naciones.
Y prevaleció la mano de Madián contra Israel, de suerte que por causa de los Madianitas los hijos de Israel prepararon para sí las guaridas que se hallan entre las montañas, y las cuevas, y los lugares fuertes.
Y los hombres de Israel se vieron en apuro; porque el pueblo estaba agobiado de terror, en grado que se escondía el pueblo en cuevas, y en espinares, y entre peñascos, y en lugares fuertes, y en cisternas.