Con lo cual dijo Micaya: Por lo mismo, oye tú el oráculo de Jehová: Yo ví a Jehová sentado sobre su trono, y a todos los ejércitos celestiales que estaban al rededor de él, a su diestra y a su siniestra.
Y por encima de la expansión que estaba sobre sus cabezas, había como la apariencia de una piedra de zafiro, a semejanza de un trono; y sobre la semejanza del trono, una semejanza como la apariencia de un hombre por encima de él.
Como la apariencia del arco que suele haber en la nube en un día de lluvia, así era la apariencia de la refulgencia al rededor de él. Tal fué la apariencia de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando la ví, caí sobre mi rostro, y oí una voz que hablaba.
ENTONCES miré, y he aquí que en la expansión que estaba sobre las cabezas de los querubines, fué vista por encima de ellos una como piedra de zafiro, como si fuese la apariencia de la semejanza de un trono.
¶Yo estaba mirando hasta que fueron puestos tronos; y El Anciano de días se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el cabello de su cabeza como lana purísima; llamas de fuego era su trono, y las ruedas de éste un fuego abrasador.
LO principal, pues, entre las cosas que decimos es esto: Tenemos un tal sumo sacerdote, que se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos;
Y me llevó en el Espíritu a un desierto: y ví a una mujer sentada sobre una bestia de color escarlata, llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
Y Aquel que estaba sentado sobre el trono, dijo: ¡He aquí yo hago nuevas todas las cosas! Y dijo: ¡Escríbelo; porque estas palabras son fieles y verdaderas!
los veinticuatro ancianos caen delante de aquel que está sentado sobre el trono, y adoran a Aquel que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas ante el trono, diciendo:
Y del trono salían relámpagos, y voces, y truenos; y había siete lámparas de fuego ardiendo delante del trono, las cuales son los siete espíritus de Dios.
¶Y cuando los seres vivientes dan gloria y honra y acciones de gracias al que está sentado sobre el trono, es decir, al que vive por los siglos de los siglos,
Y VÍ en la diestra de aquel que estaba sentado sobre el trono, el rollo de un libro, escrito por dentro y por fuera, y cerrado apretadamente con siete sellos.
Y a toda cosa creada que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y sobre el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, las oí decir: ¡Bendición, y honra y gloria y dominio al que está sentado sobre el trono, y al Cordero, por los siglos de los siglos! ¡Amén!
y dijeron a las montañas y a las peñas: Caed sobre nosotros, y encubridnos de la vista de Aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;