Cuanto se ha glorificado, y vivido en delicias, tanto dadle de tormento y de llanto; porque ella dice en su corazón: Estoy sentada reina, y no soy viuda, ni nunca veré el duelo.
Dijo entonces el rey a Hamán: ¡Date prisa, toma el traje y el caballo, como has dicho, y hazlo así con Mardoqueo el judío, que se sienta en la puerta del rey! ¡no falte cosa alguna de cuantas has dicho!
ALEPH.- ¡Cómo se sienta solitaria la ciudad que estaba llena de gente! ¡cómo ha venido a ser semejante a una viuda! aquella que era grande entre las naciones y princesa entre las provincias, ¡cómo ha sido hecha tributaria!
La soberbia de tu corazón te ha engañado, oh tú que habitas en las hendiduras de la peña, y cuya morada está puesta en alto; el mismo que dice en su corazón: ¿Quién me hará bajar a tierra?
¡Ésta es la ciudad regocijada que habitaba descuidadamente, la que decía en su corazón: ¡Yo soy, y fuera de mí no hay ninguna! ¡Cómo ha venido a ser una desolación, una guarida de fieras! todo aquel que pasare junto a ella silbará, y meneará la mano.
Porque por el vino de la ira de su fornicación, han caído todas las naciones; y los reyes de la tierra han cometido fornicación con ella, y los comerciantes de la tierra se han enriquecido a causa de la abundancia de su lujo.
Y cuando vean el humo de su incendio, llorarán y se plañirán sobre ella los reyes de la tierra, que cometieron fornicación y vivieron en delicias con ella,