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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 17:3

Biblia Version Moderna (1929)

Y me llevó en el Espíritu a un desierto: y ví a una mujer sentada sobre una bestia de color escarlata, llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.

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26 Referencias Cruzadas  

Va pues a suceder que cuando yo te haya dejado, el Espíritu de Jehová te llevará a donde yo no sepa; de manera que yendo yo a decírselo a Acab, y no pudiéndote él hallar, me matará: bien que yo tu siervo temo a Jehová desde mi mocedad.

Y dijeron: He aquí que hay entre  tus siervos cincuenta hombres fuertes; rogámoste pues que vayan y busquen a tu señor; no sea que le haya alzado el Espíritu de Jehová, y le haya arrojado sobre algún monte, o en algún valle. Mas él dijo: No enviéis.

¿Quién es ésta que viene subiendo del desierto, apoyada en su amado? Debajo de este manzano te desperté yo; allí tu madre tuvo dolores de parto por ti, allí tuvo dolores de parto aquella que te dió a luz.

En seguida, el Espíritu me elevó y me llevó en visión, por el Espíritu de Dios, a Caldea, a los de la cautividad. Y así subió de cerca de mí la visión que yo había visto.

¶En seguida el espíritu me alzó; y oí detrás de mí el sonido de un estruendo tumultuoso, que decía: ¡Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar!

Y extendió la forma de una mano, y me cogió por una guedeja de mi cabeza; y me elevó el Espíritu entre la tierra y el cielo, y me llevó a Jerusalem en visiones de Dios, a la entrada de la puerta de adentro, que mira hacia el norte; donde estaba el asiento de la imagen de los celos, la cual provoca a celos al Señor.

¶Aquel rey pues hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios: y contra el Dios de los dioses hablará cosas espantosas; y saldrá con lo suyo, hasta que se concluya la indignación; porque lo decretado ha de ser hecho.

acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que subió, delante del cual cayeron tres; es decir, el cuerno que tenía ojos, y una boca que hablaba cosas espantosas, y cuyo aspecto era más imponente que el de suscompañeros.

Y hablará palabras contra el Altísimo, e irá acabando con los santos del Altísimo; y pensará mudar los tiempos y la ley: y ellos serán entregados en su mano hasta un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo.

Estaba yo considerando los cuernos cuando he aquí otro cuerno, pequeño, que subía entre ellos; y tres cuernos de los primeros fueron arrancados de raíz delante de él: y he aquí que había en este cuerno, ojos como ojos de hombre, y una boca que hablaba cosas espantosas.

Y habiéndole desnudado, le vistieron un mantode grana.

Y cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe: y el eunuco no le vió más. Y prosiguió su camino gozoso.

el cual se opone a Dios, y se ensalza sobre todo lo que se llama Dios, o que es objeto de culto; de modo que se siente en el templo de Dios, ostentando que él es Dios.

Yo estaba en el Espíritu, un día del Señor, y oí detrás de mí una voz, como si fuese de trompeta,

Y a la mujer le fueron dadas dos alas, como de un águila grande, para que volase al desierto, a su lugar, donde ella es sustentada por un tiempo y dos tiempos y la mitad de un tiempo, para resguardarla de la furia de la serpiente.

Y fué visto otro prodigio en el cielo; y he aquí un grande dragón rojo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas.

Y la mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios, para que allí la sustentasen mil doscientos y sesenta días.

Y la mujer que tú viste es aquella gran ciudad, la cual tiene el imperio sobre los reyes de la tierra.

Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro y piedras preciosas y perlas, teniendo en su mano un cáliz de oro, lleno de abominaciones, es decir, las inmundicias de sus fornicaciones;

mercancía de oro y de plata, y de piedras preciosas, y de perlas, y de lino fino blanco, y de púrpura, y de seda, y de escarlata; y toda suerte de madera olorosa, y toda suerte de alhajas de marfil, y toda suerte de alhajas de madera preciosísima, y de bronce, y de hierro, y de mármol:

diciendo: ¡Ay, ay de aquella gran ciudad, que iba vestida de lino fino blanco y de púrpura, y de escarlata, y adornada de oro, y de piedras preciosas, y de perlas;

Y me llevó en el Espíritu a una montaña grande y alta, y me mostró la santa ciudad de Jerusalem, descendiendo del cielo, desde Dios;

¶Al punto estuve en el Espíritu: y he aquí un trono estaba colocado en el cielo, y sobre el trono había uno sentado.




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