Y llenóse el templo del humo procedente de la gloria de Dios y de su poder: y nadie pudo entrar en el templo, hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles.
Y el monte Sinaí estaba humeando todo él, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y subía su humo como humo de un horno; y todo el monte temblaba en gran manera.
y dijo Jehová a Moisés: Manda a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el Santuario, del velo adentro, delante del Propiciatorio que está sobre el Arca, no sea que muera: porque yo apareceré en la nube encima del Propiciatorio.