¶Y ví a otro ángel volando en medio del cielo, teniendo un evangelio eterno que anunciar a los que habitan sobre la tierra, y a cada nación, y tribu, y lengua, y pueblo;
Es verdad que no así ha cumplido mi casa para con Dios: él empero ha hecho conmigo un pacto eterno, bien arreglado en todo y seguro; el cual es toda mi salvación y todo mi placer: ¿pues no lo hará florecer?
¡Alzad vuestros ojos hacia los cielos y contemplad la tierra acá abajo! porque los cielos se desvanecerán como el humo, y la tierra, como un vestido, se gastará, y los que la habitan morirán de igual manera: pero mi salvación durará para siempre, y mi justicia nunca será abolida.
porque como a un vestido, los consumirá la polilla, y, como a lana, los consumirá el gusano; mas mi justicia durará para siempre, y mi salvación de siglo en siglo.
Encima del trono estaban los serafines: seis alas tenía cada uno de ellos; con dos se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.
sí, mientras aun hablaba en mi oración, el varón Gabriel, que yo había visto en visión al principio, habiendo volado arrebatadamente, me tocó como a la hora de la oblación de la tarde;
¶Y al que es poderoso para haceros estables, según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, conforme a la revelación del misterio que por tiempos eternos fué guardado en silencio,
si en verdad permaneciereis en la fe, cimentados y estables, y no os dejáis mover de la esperanza del evangelio que habéis oído, y que ha sido predicado a toda criatura debajo del cielo; del cual yo Pablo he sido constituído ministro.
¶Y el Dios de paz, el cual, en virtud de la sangre del pacto eterno, volvió a traer de entre los muertos al gran pastor de las ovejas, es decir, a nuestro Señor Jesús,
sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando éste comenzare a tocar la trompeta, entonces mismo sería consumado el misterio de Dios; conforme a las buenas nuevas que él ha declarado a sus siervos los profetas.
Por cuanto has guardado mi precepto de paciencia, yo también te guardaré de la hora de prueba que ha de venir sobre todo el mundo habitado, para probar a los que habitan sobre la tierra.
Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: ¡Digno eres tú de tomar el libro, y de abrir sus sellos; porque fuiste inmolado, y has adquirido para Dios con tu misma sangre, hombres de toda tribu, y lengua, y pueblo, y nación;
¶Y ví y oí un águila volando en medio del cielo, que decía a gran voz: ¡Ay, ay, ay de los que habitan sobre la tierra, a causa de las otras voces de trompeta, de los tres ángeles que han de tocar sus trompetas todavía!