¶Y oí una voz procedente del cielo, como el estruendo de muchas aguas, y como el estruendo de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tañían sus arpas;
Y David y toda la casa de Israel hacían alegrías delante de Jehová, con toda suerte de instrumentos de música, de madera de abeto, es a saber, con arpas, y con salterios, y con panderos, y con sistros, y con címbalos.
¶Y aconteció que el día tercero, al despuntar la mañana, hubo truenos y relámpagos y nube densísima sobre el monte, y un sonido de trompeta sobremanera fuerte. Y temblaba todo el pueblo que estaba en el campamento.
¶Y todo el pueblo estaba observando los truenos, y las llamas, y el sonido de la trompeta, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron y pusiéronse de lejos;
como rugido de muchas aguas rugen las naciones. Mas Dios reprende al enemigo, de modo que huye lejos, y es ahuyentado como el tamo de las colinas delante del viento, y como remolinos de polvo delante del huracán.
y he aquí la gloria del Dios de Israel, que venía de la parte del oriente; y su voz era como el estruendo de muchas aguas; y la tierra resplandecía con la gloria de él.
Y Jehová será visto capitaneándolos; y saldrán sus saetas como rayos; y Jehová el Señor hará sonar la trompeta; y andará sobre los torbellinos del Sur.
¶Y el séptimo ángel tocó la trompeta: y hubo grandes voces en el cielo, que decían: ¡El reino del mundo ha venido a ser el reino dé nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará para siempre jamás!
¶Y ví como si fuese un mar de vidrio revuelto con fuego; y los que habían salido victoriosos de la prueba de la bestia, y de su imagen, y del número de su nombre, estaban sobre aquel mar de vidrio, teniendo arpas de Dios.
Y la voz de arpistas, y de músicos, y de tañedores de flautas, y de los que tocan clarines no se oirá más en ti; y ningún maestro de arte alguna se hallará más en ti; y el sonido del molino no se oirá más en ti;
¶Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros, delante del Cordero, teniendo cada cual un arpa, y tazones de oro llenos de incienso, que son las oraciones de los santos.
¶Y el primer ángel tocó la trompeta: y hubo granizo y fuego mezclados con sangre; lo cual fué arrojado a la tierra: y la tercera parte de la tierra fué quemada, y la tercera parte de los árboles fué quemada, y toda la hierba verde fué quemada.