¶Aquel rey pues hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios: y contra el Dios de los dioses hablará cosas espantosas; y saldrá con lo suyo, hasta que se concluya la indignación; porque lo decretado ha de ser hecho.
Y hablará palabras contra el Altísimo, e irá acabando con los santos del Altísimo; y pensará mudar los tiempos y la ley: y ellos serán entregados en su mano hasta un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo.
Estaba yo considerando los cuernos cuando he aquí otro cuerno, pequeño, que subía entre ellos; y tres cuernos de los primeros fueron arrancados de raíz delante de él: y he aquí que había en este cuerno, ojos como ojos de hombre, y una boca que hablaba cosas espantosas.
Porque un tabernáculo fué preparado, el primero, en que estaban el candelabro y la mesa y los panes de la proposición; el cual se llama el Lugar Santo.
Porque no entró Cristo en un lugar santo hecho de mano, que es una mera representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios por nosotros.
Por tanto ¡regocijaos, oh cielos, y los que habitáis en ellos! iMas ay de la tierra y del mar; porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo grande ira, sabiendo que tiene ya muy poco tiempo!
Y oí una gran voz procedente del cielo, que decía: ¡He aquí el tabernáculo de Dios está con los hombres, y él habitará con ellos, y ellos serán pueblos suyos, y el mismo Dios con ellos estará, como Dios suyo!
DESPUÉS de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo, y la primera voz que oí, voz como de trompeta, fué de uno que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá; y te mostraré las cosas que han de suceder después de éstas.
Y en torno del trono había veinticuatro tronos, y sobre los tronos ví sentados veinticuatro ancianos, revestidos de ropas blancas; y sobre sus cabezas había coronas de oro.
Y a toda cosa creada que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y sobre el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, las oí decir: ¡Bendición, y honra y gloria y dominio al que está sentado sobre el trono, y al Cordero, por los siglos de los siglos! ¡Amén!
Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo: y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.
¶Después de esto, miré, y he aquí una grande muchedumbre, que nadie podía contar, de entre todas las naciones, y las tribus, y los pueblos, y las lenguas, que estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, revestidos de ropas blancas, y teniendo palmas en sus manos;