Apocalipsis 11:5

Biblia Version Moderna (1929)

Y si alguno procura dañarlos, fuego procede de sus bocas, y devora a sus enemigos; y si alguno procurare dañarlos, es menester que de esta manera sea muerto.

Referencias Cruzadas

Salmos 18:8

Subió humo en su ira, y fuego procedente de su boca devoraba: ascuas se encendieron de él.

Isaías 11:4

sino que con justicia juzgará a los desvalidos, y fallará con rectitud por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el resuello de sus labios matará al inicuo.

Jeremías 1:10

Mira que yo te pongo hoy sobre las naciones y sobre los reinos, para desarraigar, y para derribar, y para arruinar, y para destruir completamente; para edificar también y para plantar.

Jeremías 5:14

Por tanto, así dice Jehová, el Dios de los Ejércitos: por cuanto decís esto; he aquí, yo hago que mis palabras en tu boca sean el fuego, y este pueblo la leña, para que los devore.

Ezequiel 43:3

Y fué semejante a la apariencia de la visión que yo había tenido; es decir, como la visión que tuve cuando vine para destruir la ciudad; también las visiones eran parecidas a la visión que tuve junto al río Kebar: y caí sobre mi rostro.

Oseas 6:5

Por tanto los he tajado por los profetas, los he muerto con los dichos de mi boca; y tus castigos, oh Israel, son como relámpago que sale.

Zacarías 1:6

Mis palabras empero y mis estatutos que encargué a mis siervos los profetas, ¿no alcanzaron a vuestros padres? En efecto, ellos volvieron y dijeron: Según pensaba hacernos Jehová de los Ejércitos, conforme a nuestros caminos y conforme a nuestras obras, asimismo ha hecho con nosotros.

Zacarías 2:8

Porque así dice Jehová de los Ejércitos, el cual para gloria suya me ha enviado a las naciones que os despojan (porque aquel que os toca a vosotros, le toca a él en la niña de su ojo):

Apocalipsis 13:13

Y obra grandes prodigios, de tal modo que hace descender fuego del cielo a la tierra, a la vista de los hombres.

Apocalipsis 9:17

Y así ví los caballos en la visión, y a los que estaban sentados sobre ellos, los cuales tenían corazas como de fuego, y de color de jacinto, y de azufre; y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de sus bocas salían fuego y humo y azufre.