Y después de los tres días y medio, el espíritu de vida, venido de Dios, entró en ellos, y se levantaron sobre sus pies: y cayó gran temor sobre los que lo vieron.
Y esta ciudad me será un nombre de regocijo, una alabanza y una gloria, delante de todas las naciones de la tierra; las cuales oirán de todo el bien que yo le haré, y temerán y temblarán a causa de todo el bien y a causa de toda la prosperidad que le voy a conceder.
Después de esto volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios y a David su rey; y acudirán temblorosos a Jehová y a su benevolencia en los postreros días.
Pero si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales, por medio de su Espíritu que habita en vosotros.
y les dijo: Yo sé que Jehová os ha dado esta tierra, y que el terror de vuestro nombre ha caído sobre nosotros, y que ya han desmayado todos los habitantes del país a causa de vosotros.
Y en aquella hora sucedió un gran terremoto, y cayó la décima parte de la ciudad, y fueron muertas en el terremoto siete mil personas; y los demás fueron atemorizados, y dieron gloria al Dios del cielo.