Y VÍ a otro ángel poderoso que descendía del cielo, revestido de una nube; y había un arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego:
Y sucedió, luego que hubo hablado Aarón a toda la Congregación de los hijos de Israel, que volvieron el rostro hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová que apareció en la nube.
CARGA de Egipto: He aquí que Jehová cabalgará sobre una nube ligera, y entrará en Egipto: y se conturbarán los ídolos de Egipto a su presencia; y se derretirá el corazón de Egipto dentro de él.
Pues esto para mí es semejante a las aguas de Noé: porque de la manera que he jurado que las aguas de Noé no hayan más de pasar sobre la tierra, asimismo he jurado que no me airaré más contigo, ni te reprenderé.
Como la apariencia del arco que suele haber en la nube en un día de lluvia, así era la apariencia de la refulgencia al rededor de él. Tal fué la apariencia de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando la ví, caí sobre mi rostro, y oí una voz que hablaba.
y su cuerpo era como un crisólito, y su rostro como la apariencia del relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como la refulgencia de bronce bruñido, y la voz de sus palabras era como el estruendo de un ejército.
¶Estaba mirando en visiones de la noche, y he aquí que sobre las nubes del cielo venía Uno parecido a un hijo de hombre; y vino al Anciano de días, y le trajeron delante de él.
y dijo Jehová a Moisés: Manda a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el Santuario, del velo adentro, delante del Propiciatorio que está sobre el Arca, no sea que muera: porque yo apareceré en la nube encima del Propiciatorio.
al mediodía, ¡oh rey¡ ví en el camino una luz que venía del cielo, más resplandeciente que el sol, brillando en derredor de mí y de los que iban caminando conmigo.
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá; y también aquellos que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra plañirán a causa de él. Así sea. Amén.
¶Y un ángel poderoso alzó una piedra, como si fuese una gran piedra de molino, y arrojóla en el mar, diciendo: Así con caída espantosa será derribada Babilonia, aquella gran ciudad, y no será hallada más.
Y el que estaba allí sentado, era semejante a la apariencia de una piedra de jaspe, y un sardio; y había un arco iris alrededor del trono, semejante a la apariencia de una esmeralda.
¶Y ví y oí un águila volando en medio del cielo, que decía a gran voz: ¡Ay, ay, ay de los que habitan sobre la tierra, a causa de las otras voces de trompeta, de los tres ángeles que han de tocar sus trompetas todavía!