¡Rapa, oh Sión, las guedejas de tu nazareato, y arrójalas de ti; y alza sobre los cerros pelados una lamentación! porque Jehová ha despreciado y desechado la generación de su ira:
A causa de las montañas alzaré lloro y llanto, y por los pastos del desierto, lamentación; porque están quemados, de modo que ninguno pasa por ellos, ni se oye la voz de ganado: desde las aves del cielo hasta las bestias, todo ha huído, se ha ido.
Así dice Jehová de los Ejércitos: ¡Poned atención en esto, y llamad plañideras, para que vengan, y enviad por las que son diestras en el duelo, para que vengan;
¡Oíd pues, oh mujeres, el oráculo de Jehová, y reciba vuestro oído la palabra de su boca! Enseñad también a vuestras hijas el llanto, y cada cual a su compañera, la lamentación.
y fuego ha salido de las varas de sus ramas, que devora su fruto; y no le queda vara fuerte alguna que sirva para cetro de soberano! ¡Endecha es ésta, y servirá de endecha!
Y entonarán sobre ti una endecha, y te dirán: ¡Cómo has perecido, tú que eras poblada de marineros; la ciudad esclarecida, que eras fuerte en el mar! ella y sus habitantes imponían su terror a todos los que habitaban junto a ella.
Hijo del hombre, entona una endecha sobre el rey de Tiro, y le dirás: Así dice Jehová el Señor: ¡Tú eres el sello de perfección, lleno de sabiduría, y consumado en hermosura!
Esta es la endecha con que la lamentarán; con ésta la endecharán las hijas de las naciones; sobre Egipto y toda su multitud entonarán la endecha, dice Jehová el Señor.
Hijo del hombre, entona una endecha sobre Faraón rey de Egipto, y le dirás: Tú te has semejado a un leoncillo de las naciones; mas eres parecido a un cocodrilo en las aguas, y te lanzaste al combate en tus ríos, enturbiando las aguas con tus pies, y ensuciando sus ríos.
ESCUCHAD esta palabra que Jehová ha hablado contra vosotros, oh hijos de Israel, (contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto,) diciendo:
ESCUCHAD esta palabra, oh vacas de Basán, las que estáis en el monte de Samaria, las que oprimís a los desvalidos, las que quebrantáis a los necesitados, las que decís a vuestros señores: Traed vino, para que bebamos.
Por tanto, así dice Jehová, el Dios de los Ejércitos, el Señor: Por todas las calles habrá lamentos, y en todas las afueras de la ciudad, dirán: ¡Ay! ¡ay! a los labradores los llamarán al lloro, y a los lamentos a todos los que saben endechar.
Los que juran por el pecado de Samaria, y dicen: ¡Por vida de tu dios, oh Dan! y ¡por vida de tu camino, oh Beer-seba! ellos caerán, y nunca más se volverán a levantar.
En aquel día alzarán acerca de vosotros un cántico fúnebre, y lamentarán con tristísima lamentación, diciendo: ¡Somos completamente despojados! ¡Dios ha permutado la porción de mi pueblo! ¡cómo me la quita a mí! ¡a los rebeldes ha repartido nuestros campos!