Entonces Joás hijo de Joacaz, volvió a quitar de mano de Ben-hadad hijo de Hazael las ciudades que éste había quitado en guerra de mano de Joacaz su padre; tres veces le batió Joás, y recobró las ciudades de Israel.
Con lo cual se encendió la ira de Jehová contra Israel, y los entregó seguidamente en mano de Hazael rey de Siria, y en mano de Ben-hadad hijo de Hazael.
Entonces sacando Asa la plata y el oro de los tesoros de la Casa de Jehová y de la casa real, lo envió a Ben-hadad rey de Siria, que habitaba en Damasco, diciendo:
Mas si no me escuchareis para santificar el día del descanso, y para no llevar cargas, entrando por las puertas de Jerusalem en el día del descanso, encenderé un fuego en las puertas de ella, que devorará los palacios de Jerusalem; y no será apagado.
Porque Israel se ha olvidado de su Hacedor, y ha edificado templos para sí, y Judá se ha multiplicado ciudades fortificadas: yo enviaré fuego en sus ciudades, que consumirá sus palacios.
sino que encenderé un fuego contra el muro de Rabbá, que devorará sus palacios, en medio de algazara en el día de batalla, en medio de tempestad en el día del torbellino;
sino que enviaré un fuego contra Moab, que devorará los palacios de Kiryot; y morirá Moab en medio de tumulto, entre griterías y con sonido de trompeta;
también toda la maldad de los hombres de Siquem la hizo Dios volver sobre su misma cabeza; de manera que vino sobre ellos la maldición de Joatam hijo de Jerobaal